miércoles, 1 de septiembre de 2010

Comer para volvernos más dispersos, irreflexivo y superficiales o para volvernos más concentrados, reflexivos, cuidadosos y profundos.


En el artículo “Control Emocional Espontáneo” escribía sobre la importancia del mito de lo que queremos llegar a ser para poner orden en el logos, lo que “hacemos” con lo que “tenemos”.

En un blog macrobiótico hay un mito detrás sobre el que se mueve todo lo demás, lo que se hace, escribir unos conceptos u otros es este caso.

Los profanos o principiantes ven en la macrobiótica un recurso para adelgazar, limpiar u otros efectos físicos que le preocupan. No está ni bien ni mal. Es así y no puede ser de otro modo.

Los que llevan un tiempo practicando se llegan a dar cuenta de que han cambiado personalmente. Están más centrados, son más pacientes, más relajados... y empiezan a estudiar con otro interés, sin preocuparse tanto por los síntomas físicos si no con un interés más genuino por aprender, empezando a disfrutar de aprender algo que empiezan a vislumbrar muy valioso pues les da acceso a sí mismos, a cambiarse a sí mismos.

Los que llevan unos meses o uno o dos años empiezan a disfrutar de la habilidad de aplicar Yin y Yang, no solo en la comida, también en el pensamiento, las actividades físicas y todo lo demás. Pueden practicar remedios naturales, yoga, meditación, deportes, artes, relaciones, trabajo profesional y cualquier otra cosa del “hacer”, con las gafas mágicas de Yin-Yang que cambia la dualidad bueno-malo por causas y efectos o relación dependiente de factores.
Se deja de ser alguien que busca remedios milagrosos o salvadores externos para ir siendo alguien que depende de su habilidad para elegir lo que “hacer” para acercarse al mito, al símbolo ideal más allá de los conceptos al cual se le pone un nombre a sabiendas que el nombre no es el auténtico mito, pero lo señala. Se va dejando alegremente ser alguien superficial, disperso e irreflexivo, incluso al precio de que los demás de toda la vida no entiendan que se está haciendo, a no ser que también participen en la aventura.

Cuando se llevan mucho años, sin proponérselo, se ha ayudado a mucha gente a reconducir su vida, su salud. Uno mismo se ha vuelto firme en si mismo y no hay viento de modas ni propaganda que lo arrastre, solo le puede cambiar en la superficie, como las estaciones visten la montaña de distintos colores en cada estación.

No pierdas el escaso tiempo de vida humana en perseguir modas y buscando quien te divierta, te sane o te de solucione tu insatisfacción y ansiedad. Empieza por cocinar y comer cotidianamente estilo macrobiótico y lo demás va ocurriendo espontáneamente.

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