En los últimos días han ido publicándose diversos artículos que me sirven de referencia para aproximar al lector hacia la idea o visión que deseo expresar. Al tratarse de asuntos muy subjetivos, no es fácil que lo que se dice y lo que los otros entienden sea lo mismo, aunque se pueda aproximar.
Un artículo sobre la flora intestinal publicado en diversos periódicos, como El País, que se tiene por un diario culto, se vanagloria y hace publicidad de otro “gran descubrimiento de la ciencia” que teóricamente permitirá hacer trasplantes de flora intestinal para tratar lo que llaman enfermedades ”Colitis ulcerosa, Enfermedad de Crohn, obesidad, gastritis...”
Vea el articulo antes de seguir: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/hallazgo/abre/paso/trasplante/flora/intestinal/humanos/elpepisoc/20110421elpepisoc_7/Tes
La deducción de la gente no macrobiótica o que no conoce la medicina oriental, por muy culta, erudita y educada que sea, puede quedarse en la esperanza en la ciencia y sus avances en la lucha para subyugar y matar una serie de enemigos naturales más.
Ahora va un macrobiótico y afirma.”la flora intestinal se fastidia de comer mal y se recupera comiendo bien, sin trasplantes que valgan” ... hasta aquí, cualquiera lo puede entender y no es fácil de negar, aunque tercamente se tienda a echar las culpas a virus, bacterias o cualquier otro enemigo al que poder matar sin cambiar nada de nuestros hábitos y modos de pensar.
Pero la macrobiótica también afirma algo que se da por cierto desde hace siglos en la sabiduría de la medicina tradicional. “Los intestinos y su flora intestinal están directamente relacionados con el funcionamiento del cerebro y su actividad”.
El erudito periodista del Pais, amante de los avances científicos y de su sueldo por publicar cosas que mantienen el negocio de la enfermedad dirá: ¡¡Bah, supercherías!! ¡¡No tienen nada que ver los huevos con escribir de modo elegante!!
Hay otros dos artículos recientes que apoyan mi afirmación macrobiótica. Véalos antes de seguir: http://articles.mercola.com/sites/articles/archive/2011/04/12/beware--bacteria-growing-in-your-gut-can-influence-your-behavior.aspx
Estos dos artículos son complementarios. Uno habla de experimentos científicos y otro de la experiencia directa en el caso de un niño con autismo que deja o va dejando de mostrar síntomas de autismo al cambiar la alimentación por otra macrobiótica.
Por mucha psicología, terapias externas, medicamentos, etc. que se use, no se soluciona nada si no se deja de comer la basura química y tóxica moderna y se come la alimentación adecuada para la naturaleza de un ser humano, en camino a evolucionar y madurar hasta llegar a ser un buda, lo máximo o mejor que puede llegar a ser un humano.
En este punto me centro en el final del título, el Nirvana.
Las tradiciones lo identifican con la Paz, un estado personal o colectivo en el que se acaba la ser de llegar a ser, de tener, de hacer... Se acaba el deseo y el apego. Se acaba por estar satisfecho y no se necesita nada más. No hay que luchar por la paz, ni por la salud, ni por nada de nada. Se acabó para siempre luchar.
Antiguamente no se habían inventado los miles de tóxicos de que disfrutamos ahora. Todas las tradiciones tenían sus reglas alimentarias especiales, como ayuno, no comer carne un tiempo, no comer pan con levadura, no comer ajos o cebollas, no esto o no aquello. Se supone que esas reglas, entre otras muchas de tipo mental o entrenamientos físicos, eran para acercar al devoto, a dios, al nirvana, a una mayor concentración, una mente más tranquila, etc.
El resultado de todas esas reglas era llegar a ser un Santo. Un ser, hombre o mujer, en estado de beatitud o unión con un concepto de dios o nirvana, según el tipo de tradición.
José Luis Sanpedro decía bien en su colección de frases sentenciosas “sabemos lo que no queremos, pero no sabemos lo que queremos ni adonde vamos”... En cualquier caso, todo apunta (desarrollo acelerado de enfermedad física y mental, crimen y corrupción a todos los niveles, divorcio y desencuentro familiar, contaminación y amenaza radiactiva...)... Todo apunta a que no vamos a un futuro muy paradisiaco, por mucho trasplante de flora intestinal que nos hagan.
¿Que buscar y adonde ir? Qué es lo que puede poner en orden y darle sentido a nuestra existencia individual y social? ¿Dónde se compra o se consigue? ¿Como se hace?
Jesús decía “Buscad el paraíso y lo demás viene por añadidura”
El budismo dice “Sólo vale la pena llegar al Nirvana, lo demás es ilusión y sufrimiento”
El Tao busca la virtud, alcanzar el Tao, la armonía con el Universo.
Llámese como se llame tradicionalmente, en la sociedad global de nuestros días, conectada por Internet, es necesario ir más allá del mito de nuestros abuelos y dedicar la energía, el ki, el espíritu, el prana, el alma..., a solucionar la creciente idiotez sin futuro y las consecuencias destructivas globales.
Eso se hace empezando por uno mismo. Por reparar nuestra flora intestinal y autismo a base de comer bien, dejando todo lo que nos hace tender a autistas y enfermos. Eso lo enseña a hacer y dejar de hacer la macrobiótica, con la comprensión y aplicación en todo de Yin-Yang, la Teoría de los 5 Elementos de Transformación. Con “aplicar en todo” me refiero principalmente a la alimentación, pero también a la respiración, los tipos de ejercicio, el modo de pensar e imaginar, la actividad social, el modo de hablar, el sexo, la higiene, el estilo de vida... Se empieza por la comida. Ello mejora la mente, además del cuerpo y permite ir comprendiendo y controlando gradualmente cosas más sutiles y difíciles de ver y comprender con una mente atontada y trastornada sobre una fisiología en mal estado por comer mal.
No hay nada metafísico o místico, ni hay que creer nada como una doctrina, ni se busca ninguna beatitud o santidad ignorante. Se busca la sabiduría que comprende la relación dependiente de todo en el universo, como se relaciona todo, como la estamos pifiando y como acertar en dejar de crearnos más sufrimiento. La búsqueda no está muy lejos de nosotros. Está en nosotros mismos y nuestro entorno inmediato, en nuestras pequeñas cosas cotidianas, comer, beber, pensar, respirar, hablar, relacionarnos... El discurso de todos los post de este blog macrobiótico.
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