sábado, 6 de noviembre de 2010

Enfermedad, Libertad y Desarrollo Sostenible. PROA



Enfermedad, Libertad y Desarrollo Sostenible. PROA

Miles de personas se han curado de cualquier cosa, incluido Cáncer y de Sida. En el segundo caso, hay personas adultas que  han dejado de dar positivo, como la famosa escritora Louise Hay. Muchos bebés han dejado espontáneamente de dar positivo tras nacer contagiados. También hay infinidad de remisiones espontáneas de cáncer y otros problemas de los que no nos enteramos.
El sistema sanitario dominante no ha estudiado e integrado en sus estadísticas estos datos. Simplemente los ignora, pues no forman parte del negocio de las aseguradoras, farmacéuticas y demás negocios de la enfermedad.

La ONU acuñó el término de “Desarrollo Sostenible” en el año 1992 al hacerse eco de que el actual sistema de vida y desarrollo no se sostiene, como ya decían y demostraban los macrobióticos y de otras escuelas desde hacía décadas y, de modo intuitivo, diversas tradiciones místicas.
Esa misma conciencia es la que tratamos de despertar con la Campaña de Concienciación en Desarrollo Sostenible 2010. No haber  conciencia, es lo mismo que no enterarse.

Del año 1992 hasta hoy ha crecido mucho la conciencia medioambiental. Ya no queman en la hoguera a los que practican o enseñan medicinas tradicionales. Pero la inercia degenerativa ha seguido acelerándose y los que controlan el poder del dinero se han dedicado a crearse paraísos particulares para escapar, en vez de reinvertir en reparar lo contaminado. Lo contaminado no es sólo el medio ambiente, sobre todo es la mente, a base de falacias que se han hecho pasar por verdades a base de sistemas educativos, publicidad en medios de comunicación y otra variedad de métodos al servicio del sistema insostenible.
Lo que llamamos cáncer, Sida o cualquier otro fenómeno que experimentamos son meros síntomas o efectos de la enfermedad real. La enfermedad real es la ignorancia y los engaños que derivan de ella.

Desarrollamos un análisis desde distintas ópticas.

1.  Desde una perspectiva fisiológica o mecánica el cáncer y el sida (Y todas las llamadas enfermedades) son efectos de una alimentación que los genera y los desarrolla. Si se evita esta alimentación nociva y se cambia por otra saludable, el cáncer, el sida y otros efectos adversos, desaparecen.
2.  Desde una perspectiva sensorial, las sensaciones extremas embrutecen los sentidos. Eso incluye: El gusto (los 5 sabores en plan fuerte), El oído (mucho ruido, música fuerte, etc.). El olfato (olores intensos). El tacto (peleas, golpes, demasiado sexo, etc.) La vista (luces intensas, tipo discotecas) .. y podríamos añadir el abuso de drogas y medicamentos que no son bien bien del sentido del gusto.
Embrutecerse significa no enterarse, ser más estúpido, más animal, más irreflexivo, menos observador. Dejando de embrutecer los sentidos se recupera la sensibilidad y capacidad de auto equilibrio que tiene el cuerpo humano.
Con la recuperación de la sensibilidad aparece la sensación de urgencia de equilibrar o tranquilizar sensaciones fuertes, tales como fiebre, tos, picores, dolores, vómitos, diarreas, sueños raros, etc.
Un macrobiótico está enterado de que esas reacciones que crean alarma o urgencias, sólo reacciones de equilibrio del cuerpo y no hay que verlas como enemigos ni atacarlas, solo observarlas, confiar, relajarse y dejarse llevar. Dejar que el cuerpo resuelva la crisis a su ritmo.
Con la experiencia se llegar a agradecer y disfrutar de las crisis, pues el cuerpo resuelve por si mismo, con su sabiduría natural, lo que no sabemos o no podemos resolver siendo dirigidos por el intelecto.
Lo mismo pasa con las sensaciones que se usualmente se consideran agradables. En exceso, crean urgencia. No se soportan y se descargan en forma de gritos, llanto, convulsiones físicas, sudores, jadeos, sueños, visiones...
Un meditador experto experimenta de modo diferente estas sensaciones de urgencia. Sentado, quieto. Viendo tranquilamente lo que pasa. Pacificando sensaciones físicas y pasándolo todo a energía tipo luz.
En casos extremos, según el control de cada cual, las sensaciones pueden ser muy fuertes y es necesario controlar con ayuda de métodos naturales hasta lo soportable, según la capacidad de resistencia de cada cual.
En muy última instancia se recurre a drogas, medicamentos, cirugía, etc.

3.  Desde una perspectiva sentimental o emocional hablamos de la sensación de amor o atracción y de odio o rechazo. La ignorancia, falta de conciencia y estupidez, hacen reaccionar con odio o rechazo cualquier sensación desagradable, y con apego o amor sentimental a cualquier sensación agradable.
El divorcio, accidentes, crimen, cáncer, sida y todos los efectos que nos devuelve como efecto equilibrante la naturaleza y nos rompe el corazón, sólo rompe la ignorancia y la estupidez. Tras un tiempo..., si se ha sobrevivido..., se despierta la conciencia más o menos, se reflexiona y se cambian los amores y odios ignorantes sentimentales por una conciencia más equilibrada emocionalmente.
Sin un entorno social y familiar equilibrado emocionalmente el asunto se complica mucho o es imposible. Las compañías son un factor fundamental para embrutecerse o sensibilizarse de un modo u otro......“Ama también a tu enemigo” significa llegar a amar o agradecer también los efectos de nuestra ignorancia.
Osawa, un maestro japonés que ayudó a mucha gente a sanar de todo, le daba una palmadita en la espalda a quien le iba con cáncer y le decía “- Felicidades. Tiene Vd. por fin una gran oportunidad de cambiar su vida”. Muchísima gente ha agradecido la lección y ha cambiado su vida gracias al cáncer. P.e. El empresario Alfredo Bateller, el actor Dick Benedict, del Equipo A y otras miles de personas.
El Desarrollo Sostenible va de comprender como funciona la naturaleza, respetarla y amarla. El mito de la “Sociedad del Bienestar” no lleva a ningún lado de bienestar si no se comprenden las causas del cáncer, sida, etc. y se sigue reaccionado con odio o rechazo en vez de evitar las causas.

4.  Desde una perspectiva intelectual, hablamos de la búsqueda de la verdad. El Cáncer y el Sida son reacciones celulares descontroladas y destructivas que científicamente todavía no se sabe porqué se producen. Cuando no saben, dicen que es la genética o agentes contaminantes, radiactividad, radicales libres, tabaco, vida sedentaria, etc. Buscan soluciones armamentísticas o de subyugar la naturaleza a la voluntad del hombre. Soluciones químicas, genéticas, mutilaciones, etc. Van paliando los efectos con más o menos efectos secundarios brutales y cada vez aparecen más enfermedades raras y nuevas. Todo esto forma parte de la medicina que no busca evitar las causas sino que contribuye a mantenerlas. No busca comprender que las vacas no comen carne y enferman si se les da en el pienso. No buscan comprender que el cáncer, el sida y otros efectos degenerativos son producidos por lo que fabrican y venden como alimentación y estilo de vida de la “sociedad del bienestar”.
Cuando se come más natural y equilibrado para la naturaleza de un ser humano, como enseña la macrobiótica, yendo más allá de la dieta mediterránea que recomienda la OMS, las sensaciones extremas disminuyen y con ello el embrutecimiento y la estupidez, luego desparece el extremismo sentimental y emocional. Con eso hay más posibilidad de estar menos atontado y alterado y poder observar y reflexionar con calma y darse cuenta de lo que tiene sentido común y lo que no, es decir, la inteligencia normal de cualquiera para investigar por uno mismo sin creer nada, ni a favor ni en contra. Con comer mejor, la gente descubre que es más inteligente de lo que cree ser en el mundo consumista.
Se busca la verdad entre lo que dicen unos y otros y los razonamientos lógicos que dan y las evidencias o experiencia de otros que han experimentado lo mismo o parecido. Se cruza la tenebrosa jungla de la duda conceptual o intelectual hasta que se sale y se llega a la comprensión de cómo funciona un humano y la naturaleza. En este proceso, la parte física del cáncer y los dolores habrá ido despareciendo. (Nota. La jungla no se cruza, salvo raras excepciones, sin guía, mapa y herramientas)

5.  Desde una perspectiva social, el cáncer, el sida y demás son resultados de una visión dominante arrogante, resultante de los factores anteriores. Durante siglos han existido dos medicinas, por lo menos. Una que busca atacar los efectos y otra que busca evitar las causas.
El padre de la medicina occidental, Hipócrates, sobre el que los médicos hacen un juramento, decía “que la alimentación sea tu medicina y que la medicina sea tu alimentación”. Lo que decía Hipócrates no es negocio.
En Europa se ha estado durante siglos ignorando y muchas veces atacando a las medicinas tradicionales, naturales, higienistas, etc. que muchas veces chocaban con los conceptos del poder político de turno. En oriente se ha conservado mejor, hasta nuestros días, la sabiduría y experiencia de muchos siglos de tradición.
La medicina y filosofías orientales, que también existían en Europa y todo el planeta, sin haber hecho ningún juramento hipocrático lo intentan practicar más. Si vas a cualquier médico chino, un acupuntor, por ejemplo, te dará unas recomendaciones dietéticas que no tienen nada que ver con las que da un médico occidental.
No hay ninguna carrera universitaria de nutrición como medicina y quien quiera aprender para tratar problemas de salud debe buscarse la vida con un esfuerzo heroico. Los estados financian generosamente a costa de impuestos, la enfermedad, los medicamentos, los médicos que imparten medicamentos, etc., pero no financian una educación para no enfermar, sobre todo con las modas de consumo modernos.
Tampoco financian, si uno quiere sanarse a si mismo, de cáncer o de lo que sea, en casa, estudiando y practicando una disciplina natural. Eso está sancionado. Es propiedad del sistema sanitario.
Ya hay algunas directrices de la OMS y del Consejo de Europa para respetar y cuidar a las medicinas tradicionales, pero como no son ningún negocio sino más bien un anti negocio, no se enseñan ni se financian.
El héroe que ha pasado la jungla y se ha curado de cáncer, o más bien, de la ignorancia sobre la salud y sus causas, no es entendido en la sociedad moderna, salvo raras excepciones. Considera un deber difundir y enseñar lo que ha descubierto y las habilidades que ha desarrollado, pero sin medios para ello. Unas pocas pastillas para algunos síntomas de cáncer o sida cuestan miles de euros y los tratamientos se pueden alargar hasta la muerte. Unos cursos y algunas semanas o meses de entrenamiento tutorizado, en un sitio dedicado a ello o en casa, son suficientes para superar la ignorancia, el embrutecimiento y el cáncer. Eso cuesta menos que un curso de inglés y lo que se gasta en comer cada día, el resto es disciplina personal gratis.
A falta de apoyo del mundo de los negocios, la aproximación a soluciones sociales, pasan por un acercamiento directo y físico a la naturaleza, a pueblos y zonas rurales, como ya han hecho y siguen haciendo muchas personas. Controlar directamente la producción y transformación de alimentos a escala local es fundamental. No se puede volver atrás en la tecnología moderna, pero se puede redimirla, poniéndola al servicio de la salud del medio ambiente en vez de estar al servicio de intereses mezquinos de unos pocos.
A escala personal promuevo el P.R.O.A.(Proyecto Aguinaliu), que considero un Proyecto Piloto de Desarrollo Sostenible. Este proyecto pretende enseñar y entrenar este tipo de medicina y desarrollo continuo de la salud y del juicio. Eso se complementa necesariamente con la agricultura ecológica, trasformación de alimentos, turismo educativo y terapéutico, energías limpias, arte consciente y la infinidad de campos necesarios para un Desarrollo Sostenible para enfocar el futuro de los jóvenes y descendientes hacia saber reparar el mundo que hereden. Los macrobióticos somos más especialistas en unas cosas, pero no en todo. Necesitamos la complementariedad de otras escuelas, habilidades y tecnologías. Eso se puede integrar en un pueblo o una comarca, bajo el común denominador de Desarrollo Sostenible, que es la jerga mundial.

6. Desde una perspectiva espiritual, El cáncer, sida y desgracias en general, se impulsan de un modo inconciente por emociones profundas de culpa, de venganza, de apegos, odios, arrogancia, etc.,
El cáncer y el Sida responden más a emociones profundas que llamamos tipo Yin. Por ejemplo “ no poder, no saber, no valer, no merecer...”
Muchas de ellas son de nacimiento, desde el vientre materno, como recibir la emoción negativa de los padres sobre un embarazo.
Otras ya vienen de mucho antes del embarazo, como el odio racial, la arrogancia religiosa, de castas, de clases... Según donde nacemos ya tenemos una mochila de supuestas bendiciones o maldiciones a cuestas que se van materializando al crecer en nuestro entorno familiar social y crece durante generaciones.
Otras se van fabricando a lo largo de la vida, como un disgusto que no se puede soportar, por ejemplo la sensación de culpa por haber conducido borracho, tener un accidente y que mueran tus hijos en ello, o simplemente la sensación de culpa por haberle regalado el coche al hijo que se ha matado en la ruta del bacalao, en vez de haberle regalado una educación y entrenamiento para vivir muchos años, sano y en paz.
La culpa tipo yang (activa) puede acabar en suicidio, como muchos japoneses que no soportan haber fallado por su exagerado sentido de la responsabilidad. La culpa tipo Yin, la de no saber, no poder, etc., se relaja o embrutece con drogas, tranquilizantes y otros embrutecedores, para no enterarse,  como en el punto 1 y 2. Esto último produce  y desarrolla cáncer.
Se deduce de lo anterior que hay mucha culpabilidad no comprendida ni resuelta en nuestra sociedad, como vemos por el constante e imparable aumento del cáncer.
Algunas personas se sanan espontáneamente, tipo milagros de Lourdes o Fátima u otros simbolismos espirituales de cualquier religión, incluidas las ateas, como el Budismo o el Taoísmo. Jesús y otros sanadores, hasta nuestros días, ayudaban y ayudan a sanar o librarse de la culpa y somatizaciones derivadas, pero no de la ignorancia subyacente. Ser capaz de librarse  y de ayudar a librar de la culpa a otros es propio de los santos. Eso está muy bien y ayuda a algunos, pero no es suficiente para librar de la ignorancia profunda de cómo funciona un humano y la naturaleza desde cualquier aspecto. Sigue habiendo dualidad bueno-malo y no desaparece la raíz de la culpa, la ignorancia.

Sin empezar por el punto 1, la alimentación adecuada a nuestra naturaleza humana, y luego seguir aclarando la conciencia, el cuerpo, la capacidad de pensar y las emociones aflictivas profundas es imposible curar el cáncer, el Sida ni ninguna otro efecto que llaman enfermedad, aunque se hagan desaparecer temporalmente los síntomas de un modo artificial. Así se hizo hace unos años con la burbuja financiera y vemos ahora el efecto en la economía mundial. La bola se hace más grande cada vez. Antiguamente desaparecía una civilización, los romanos, los griegos... Y el mundo seguía como si tal cosa. Hoy día, la amenaza es global.

7. Desde una perspectiva libre, el cáncer y el sida son otras de tantas creaciones de los humanos. Los humanos somos unos creadores, unos artistas, nos gustan las emociones fuertes y el teatro.
Lo sostenible e insostenible existen recíprocamente, como el día y la noche, el hombre y la mujer, el cielo y la tierra, etc., el Yin-Yang.
Es totalmente inútil “luchar” contra lo insostenible y a favor de los “sostenible”, la lucha forma parte del embrutecimiento, aunque en su extremo de intensidad puede dar paso a la claridad y la conciencia de la estupidez y ésta desparece, como pasa en medio de las guerras y situaciones límite.
Hay otro modo de sanar sin lucha, la Paz.
Lo contrario de la ignorancia es la sabiduría y lo contrario de la inconsciencia la consciencia. Paciencia y consciencia tienen el sufijo “ciencia” = conocimiento y los prefijos Paz (ausencia de guerra y conflicto, tranquilidad) y la preposición “Con” de compartir, como la com-pasión.
El acelerado y ruidoso mundo urbano y la saturación de información y estímulos contradictorios dificultan mucho la paz y tranquilidad y, por el contrario, beneficia las causas del cáncer, el sida y todo tipo de efectos no deseados. El tranquilo medio rural es más necesario que nunca para el Desarrollo Sostenible, incluyendo, entre otras cosas,  investigar, enseñar y aprender, entrenar y practicar para solucionar efectos, como el cáncer, sida y otros, sin los métodos mutilante y brutales de la medicina de “guerra contra los síntomas o efectos de nuestras acciones”. El medio rural se ha de conectar estrechamente con un sistema sanitario y educativo pacífico, para el Desarrollo Sostenible. Actualmente está monopolizado por el mundo del dinero y el negocio de la enfermedad, el embrutecimiento y la guerra.
El P.R.O.A. tiene la proyección de esta utilidad también, ayudar a sanar espiritualmente con una conciencia global, no sectaria de una religión u otra.  Las religiones tradicionales han ayudado durante siglos, pero están obsoletas para nuestro tiempo global y dan más problemas que lo que ayudan. Podemos vivir perfectamente sin ellas, pero no sin espiritualidad. La espiritualidad global ha de rescatar el sentido último de las religiones, el sentido que hizo que se inventaran, y guardar las religiones tradicionales en el museo de historia, para nuestros descendientes, pero sin mucho apego a conservar cosas muertas a costa de dificultar la espiritualidad del presente y del futuro.
El P.R.O.A. no es un proyecto antisistema. El sistema ya es bastante autodestructivo por si mismo. Es un Proyecto de Pueblo Piloto de Desarrollo Sostenible, para ayudar a sanar integralmente a personas y desarrollar un sistema saludable desde la alimentación al espíritu, incluyendo todo lo demás. Ya vemos que es extremadamente difícil, pero hay quien no está dispuesto a desperdiciar su tiempo y su corta vida humana en actividades superficiales e inútiles de un sistema que se desmorona. Es preferible intentar lo muy difícil pero que interesa mucho más. Si no se consigue reunir la suficiente energía y medios para hacerlo en  Aguinaliu, quizá se hará en otro sitio más propicio y con otro nombre. El sitio es lo de menos.





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