domingo, 8 de mayo de 2011

HIPERACTIVIDAD INFANTIL

Si se busca el concepto social corriente de Hiperactividad o Déficit de Atención encontramos que lo achacan a un problema de origen neurológico o neurobiológico o genético. También encontraremos que lo relacionan con el consumo de azúcar, de colorantes, conservantes y otros añadidos alimentarios que se usan masivamente en las golosinas y en toda la comida industrial moderna. El caso es que es un fenómeno que hace sufrir y no para de crecer en la sociedad de consumo, como el resto de síntomas o efectos de un estilo de vida que los genera y desarrolla.

¿Qué dice la macrobiótica al respecto? ¿Qué hace un macrobiótico al respecto?

Ahora no estoy en la circunstancia de criar niños, pero tengo en la memoria la experiencia de criar 6 niños en una época en que era más difícil obtener enseñanzas de macrobiótica. Hace más de 30 años.
Desde mi punto de vista macrobiótico actual, no me preocupo de las enfermedades, me ocupo de darle una utilidad y sentido al sufrimiento y al dolor, independientemente de los nombres inventados por los médicos y psicólogos.
Cuando notaba que se me empezaba a descontrolar la tranquilidad familiar veía multitud de factores de descontrol, tanto míos como de los niños y de su madre. Al ir a la escuela los niños y trabajar fuera de casa los padres, incluyendo comer fuera de vez en cuando, la vida familiar empeoraba... No llegaba a ser nada grave, pero el caso es que disminuía la tranquilidad y creatividad con respecto a las épocas de vacaciones de la escuela y mías, épocas en las que comíamos nuestra comida macrobiótica cotidiana y disfrutábamos de cosas simples cotidianas, al estilo de nuestros ancestros. Cocinar, dormir, pasear, ir a la playa, cuidar el huerto o el jardín, decorar, estudiar, cantar... Consumir o comprar lo mínimo, nada de tiendas, ni bares, ni atracciones... Comida al por mayor (arroz, harina, aceite, tamari...) y hacíamos la comida, el pan, los espaguetis... Lo vulgar y cotidiano era vivido como una diversión por todos, incluido los niños, y no había ninguna ansiedad de ir a ningún lado,  de comprar esto o aquello... Cabe decir que para criar a mis hijos, me busqué un sitio en un tranquilo y silencioso entorno natural. Percibía que el entorno social, sus costumbres, sus vibraciones, etc., me obligaban a hacer un gran esfuerzo de control de la salud y paz familiar y lo resolvía poniendo distancia y acercando mi tribu a la naturaleza. De lo contrario intuía que llegaría un momento de agotamiento y descontrol peligroso.
Para cuando ocurrió lo inevitable, confiar más y controlar menos, los niños ya tenían consolidado su sistema nervioso macrobiótico. Ahora una de esas hijas es madre de tres niños y va comprendiendo.. a la fuerza... y va viendo que criar requiere cambiar radicalmente las prioridades... Ninguno de los niños gestados, nacidos y criados macrobióticos tiene problemas de atención. Son espabilados, receptivos y aprenden de todo casi sin precuparse de enseñarles nada, como pasa con cualquier niño saludable.

Y vuelvo entonces al ¿Para que sirve?... En este caso, la manifestación o forma de sufrimiento que llaman Hiperactividad.
El problema no está en ese efecto o síntoma, ni en los nervios, ni en los colorantes, ni en el azúcar, ni en ninguna otra cosa que no sea en la propia ignorancia de los padres. Sabemos que el fuego quema, es su naturaleza. Es de tontos echarle la culpa al fuego porque se ha quemado la mano. Hay que ponerse un guante grueso para sacar la bandeja caliente del horno.
Lo mismo pasa con la salud. Es de ignorantes comer y beber veneno y basura química, vivir cotidianamente un ambiente ruidoso y sucio, discutir egoístamente por ver quien lava los platos o cualquier otra nimiedad, etc.,.. Y pretender disfrutar de una buena salud física y mental capaz de criar bien a un niño. El caso es que poca gente moderna soporta darse cuenta de su propia ignorancia y casi siempre confunde lo que cree saber con lo que sabe realmente. En ese estado de cosas, el sufrimiento de un individuo no deja de crecer e irá apareciendo de diversas formas: físicas, mentales, emocionales, familiares y sociales... En el individuo mismo, en sus relaciones, en sus hijos, su entorno social y profesional... carne de sufrimiento sedado por drogas, medicamentos, TV, consumismo compulsivo y distracciones de todo tipo que impiden centrase y aproximarse al control de la propia salud y vida.

¿Cómo cambiar?
Primero hay que desearlo con fuerza, desear por encima de todo lo demás, acabar con la propia ignorancia que nos mantiene en un estado incapaz de solucionar tanto nuestros propios problemas de salud, como los de nuestros hijos.
¿Quién o qué nos saca o nos ayuda a salir de la ignorancia? ¿Un Psicólogo? ¿Un pediatra? ¿Un cura? ¿La filosofía de Kant? ¿Una nueva pareja?...No. Ya vemos que la medicina convencional no soluciona las causas profundas de los problemas  y que la salud pública cada vez es peor, a pesar de los avances tecnológicos y químicos que pueden paliar temporalmente los síntomas.
Todos los efectos (llámense como se llamen médicamente) provienen de no comprender el Orden del Universo, la Ley Natural, de vivir ignorando las leyes de la naturaleza. ¿Hace falta una carrera científica para ver que el estilo de vida y hábitos nutricionales modernos artificiales tienen efectos caóticos?.. O se ve o no se ve. Da igual que lo diga un cura, un médico, un barrendero o la vecina de al lado. Hay gente analfabeta y primitiva que tiene mucho más sentido común que la mayoría de intelectuales, médicos, científicos, psicólogos, teólogos, políticos... más preocupados de tener razón, de su fama, su dinero, vender sus libros, etc., que de librar de sufrimientos a nadie.
Para acabar, como macrobiótico, añadiré que la macrobiótica, como escuela, se dedica a eso, a ayudarnos a recuperar nuestro sentido común humano, el de madre, padre, persona, amigo, vecino... De modo que sepamos utilizar todas las cosas de la vida de modo que nos libren de sufrimientos y por el contrario nos den seguridad y satisfacción. Eso no está en las cosas, está en nuestra habilidad para usarlas en la medida y el momento justo. Sin esa habilidad no se ve ningún futuro positivo.

Si con esto, alguien que no se daba cuenta, se da cuenta de que ha de aprender Yin-Yang, nutrición, hábitos de vida, etc., para desarrollar la habilidad, luego podemos hablar del estudio y la práctica.

Algunos enlaces de referencia


lunes, 2 de mayo de 2011

MANTRAS, APEGO Y YIN-YANG

La macrobiótica se apoya, entre otras muchas cosas, en la alimentación que ha sido soporte de la humanidad en los distintos lugares de la tierra durante miles de años, comprendiendo y respetando la diversidad.
La dialéctica Yin-Yang y las Leyes de Transformación, ayudan a comprender la diversidad y el cambio continuo, sin quedarse en el dualismo bueno-malo.
Sin embargo, "no solo de comida y bebida vive el hombre"... Lo que nos hace y cambia continuamente es, de Yang a Yin, la comida, la bebida, el aire, las vibraciones (sonido), las radiaciones (luz, calor)...

Al aprender a aplicar Yin-Yang a la comida y bebida podemos ir controlando nuestra sangre y como consecuencia, los efectos mentales y emocionales condicionados por tener la sangre de un modo u otro, pero no es suficiente. También hay que hacerlo con lo que se respira, lo que se oye,  lo se ve y lo que se interpreta.
Eso es llamado en las tradiciones orientales de diversos modos:
  • Pranayama o respiración consciente a "cocinarnos" el aire según los efectos que se busquen.
  • Mantrayama, Yogatantra o sonido consciente a "cocinar" aplicando yin-yang al uso de vibración de la voz y el sonido... según los efectos que se busquen
  • Imaginería, simbolismo, visualización consciente... a "cocinar" la imaginación aplicando yin-yang al uso de vibración de la voz y el sonido... según los efectos que se busquen
Lo principal es saber lo que se busca. El problema se presenta en este punto.
Lo corriente es buscar repetir una experiencia agradable del pasado que ha quedado en la memoria.. o no  repetir una experiencia desagradable del pasado que está igualmente en la memoria. Los recuerdos agradables son efectos del apego y los desagradables del rechazo u odio. Eso hacen también los animales, sin ningún problema, con su memoria. No hace falta estudiar ni aprender nada.
¿Qué pasa cuando no se puede tener el objeto de apego? ... Pues que toca librase del apego a ese objeto. Eso está en la memoria del sujeto, no en el objeto.
¿Librarse es una acción Yin o Yang? ¿Necesita más Yin o más Yang? ... se trata de desmaterializar o dispersar una sensación muy física, de angustia, ansiedad, tensión... En esta situación mucha gente hace cosas peligrosas, como tomar drogas, calmantes, alcohol, chocolate, comer compulsivamente, juego y otro tipo de contraestimulo que crean una  adicción más física a partir de un apego natural, como por ejemplo, perder la pareja o un hijo o la fortuna de toda la vida de trabajo... Así no se soluciona si no que se complica más... La solución o una ayuda a la solución “que se puede cocinar uno mismo”, es el canto de mantras o sonidos, algo que han estado haciendo todas las tradiciones espirituales y religiosas de la humanidad durante miles de años. Espiritualizar es yin, lo contrario de materializar que es Yang.
La macrobiótica usa, cuando es necesario, la desmaterialización yin, usando la cocina, ejercicios, la respiración y el sonido... y la imaginación. Siempre bajo la visión de Yin-Yang y en qué o hacia qué queremos transformarnos aplicando las Leyes de la Transformación.
Cambiar en medio de un entorno social que nos lleva hacia donde no deseamos ir no es fácil. El entorno social moderno emite unas vibraciones muy caóticas y no siempre se puede cambiar de entorno ni aislarse de las vibraciones que nos rodean. El canto de mantras es algo poderoso que se puede hacer en un momento u otro del día o la noche en medio de la jungla social.
La mente no puede estar concentrada en dos cosas en el mismo instante. Las vibraciones que canta uno mismo se reciben más cerca que los ruidos, palabras, sonidos... Vibraciones.. de fuera de uno mismo. Se reciben interiormente.
Asimismo, al cantar usamos el aire, que también en Yin con respecto a la comida y bebida que son más materiales y por tanto más yang. El aire, el oxígeno, aviva el fuego interior, al igual que cuando soplamos en una brasa. El fuego es lo más Yang. Yang en extremo produce Yin...radiaciones, visiones, alucinaciones... hasta que se gasta el combustible o el objeto que se quema... El objeto de apego en memoria que produce sensaciones intensas. Los budistas dicen que el apego es como el aceite, que cuesta mucho de limpiar. Un modo muy rápido es “quemar” ese aceite y a eso lo llaman la “vía del apego”.
Se avisa de que esto es muy poderoso y rápido, pero también puede ser peligroso si no se ha cultivado un modo de pensar compasivo y pacífico. Es jugar con fuego. Pasa lo mismo que con la comida o cualquier otra cosa. Lo principal es que el efecto que se busque no sea destructivo, así que “quemar el apego”, no es un buen modo de pensar. Se trata de transformar esa fuerte energía en algo mejor y de más ayuda para todos... la gente (amigos y enemigos), el medio ambiente que nos soporta y el universo entero.
El uso de los mantras es especialmente útil y poderoso para situaciones de urgencia... muerte, enfermedades graves, adicciones de todo tipo... Y en los que desean hacer un cambio acelerado en la macrobiótica para poder ayudar a los demás con más recursos propios. Un cambio acelerado de hábitos dietéticos y de vida es algo violento, pero a veces es necesario, pues más violento es seguir con los hábitos y que te mutilen o que te hagan quimioterapia, o morirse... o que sufran nuestros hijos y entorno por meteduras de pata nuestras, como darles de comer mal o pasarles nuestros problemas no resueltos y miedos, con palabras y acciones miedosas o destructivas en vez de transformadoras en positivo.